Historia de la Transición

A partir de la llegada de Julio Anguita a la jefatura del PCE, éste inició un cambio de su estrategia política en la que se incluía una revisión de la historia de la Transición, que a muchos de los que vivimos intensamente aquellos años nos parece distorsionada; pero que es la que ha terminado cuajando en buena parte de los españoles nacidos a partir de los años 70.

Como pienso que el interés de la mayoría de estas personas es buscar el mejor conocimiento posible de nuestra historia, abajo copio muchos de los párrafos de un articulo de Tomás de la Quadra-Salcedo, catedrático emérito de Derecho Administrativo de la Universidad Carlos III, con una perspectiva distinta de los mismos hechos.

“… En 1976, el Gobierno de Adolfo Suárez, apenas 20 días después de su nombramiento, aprobó una primera amnistía (ampliada después en marzo de 1977) excluyendo delitos que hubiesen lesionado la vida o integridad de las personas. Los delitos violentos y más específicamente el terrorismo fueron así el límite de aquella primera amnistía, que no mencionaba tampoco los delitos de la dictadura o de la rebelión contra la República. El terrorismo de los grupos independentistas vascos (ETA) y, menos frecuentes, del independentismo catalán (Terra Lliure y EPOCA) se erigió así en obstáculo para una amnistía total.

Sin embargo, la reconciliación nacional, de la que la amnistía era un mero instrumento, era una exigencia de la oposición a la dictadura muy anterior a la aparición del terrorismo. Ya el mismo Azaña en su discurso de Barcelona en julio de 1938 (“paz, piedad, perdón”) o en el diálogo de sus personajes en la Velada en Benicarló —sobre los errores y barbaries cometidas en todos lados— anticipa con esas palabras finales la salida reconciliadora, por más que cada cual quiera jerarquizar, con todo derecho, la gravedad de las distintas barbaries. Algunas fuerzas democráticas, poco antes de terminar la II Guerra Mundial asumieron la “reconciliación” —pensando en un final de la dictadura por su alineamiento con el Eje—, pero la reconciliación nacional (de todos con todos) dejó de ser ya una aspiración o un deseo, para transformarse definitivamente en una política común de la oposición a la dictadura, desde que el partido comunista la propugnase pública e inequívocamente en 1956.

La transición a la democracia conllevaba para la oposición (Comisión de los nueve) el reconocimiento de identidades territoriales (en línea con el pacto de San Sebastián de 1930 y la Segunda República), aunque de forma generalizada y con diferencias (nacionalidades y regiones) que exigían incorporar las aspiraciones regionales a la democracia.

El reto ético para las fuerzas democráticas de la oposición, pero también para quienes sinceramente querían arribar a la democracia desde orígenes distintos, consistía en poner las bases de un futuro en democracia que reconociera la diversidad territorial, lo que exigía una amnistía completa y total; incluso para quienes se considerase que, erróneamente como mínimo, habían recurrido a la violencia alegando como justificación que la dictadura violaba todos los derechos humanos y no ofrecía salida alguna. Las palabras de Xabier Arzalluz lo reflejaban al defender una amnistía “de todos y para todos” y sin “aducir hechos de sangre, porque hechos de sangre ha habido por ambas partes, también por el poder”.

La amnistía de octubre de 1977, ya tras las primeras elecciones democráticas, no se hizo por olvido, sino para el olvido, pero con el recuerdo muy presente de lo que se quería olvidar en cuanto pudiera ser condicionante de un futuro justiciero para ajustar cuentas pretéritas. Nunca para dejar de tener presente el pasado como historia y como lección para evitar errores. Amnistía, pues, desde la convicción del pueblo español mismo —al expresarse de forma casi unánime a través de sus representantes en 1977— de que empezar por exigir responsabilidades por todos los delitos y atrocidades sin olvidar ninguno era el mayor error e irresponsabilidad que se podía cometer si se quería abrir una página nueva y no ajustar cuentas con el pasado. No es extraño que la defensa más radical de la amnistía se hiciera desde fuerzas nacionalistas conscientes de la imposibilidad de construir un futuro en paz con diversidad de nacionalidades y regiones, sin una amnistía total que comprendiera los delitos de la guerra, la dictadura y, también, del independentismo terrorista.

No fue amnesia, desmemoria o preferencia por dejar impunes determinados delitos, sino plena conciencia de lo ocurrido, dando una oportunidad de empezar un tiempo nuevo. Ello confirió al régimen de 1978 la mayor altura moral posible para deslegitimar éticamente cualquier violencia futura. Tal altura es el fundamento mismo de nuestra Constitución a la que precedió, expresivamente, la amnistía que honra a todos los que la aprobaron en su diversidad ideológica.

Quienes piden ahora —desde la barrera de los 40 años transcurridos y desde la seguridad que procura una democracia asentada— derogar la Ley de Amnistía deberían hacerlo desde la verdad: sin ocultar o falsear las razones que llevaron a otorgarla. Deberían explicar si ellos, situados hoy hipotéticamente en 1977, prescindirían de ese supremo objetivo de reconciliación excluyendo de aquella amnistía sólo los delitos cometidos por los rebeldes en la guerra y vencedores en la dictadura, manteniendo la amnistía en todo lo demás.

La invocación de la memoria, para referirse a los nombres de las calles, monumentos o inscripciones nada tiene que ver con la amnistía. Habrá cosas que hacer en las que se pueda avanzar y mejorar. La búsqueda de los cuerpos de los asesinados, el traslado de los restos de Franco, la devolución del Pazo de Meirás, son pasos necesarios y convenientes hechos en tiempo oportuno. Otros habrá, pero eso no tiene que ver con la amnistía. El culto a la memoria no siempre sirve a la justicia, como dice Todorov en Los abusos de la memoria, y menos cuando se esgrime desde memorias parciales que ocultan las memorias de todos para tergiversar las razones de la amnistía. En todo caso, la verdad hace mucho que la conocemos perfectamente, al menos cuando historiadores, desde Hugh Thomas a otros, comenzaron sin desmayo a aportar datos no a la memoria, sino a la historia.

Los argumentos en derecho que a veces se invocan contra la amnistía de 1977 por referencia a normas internacionales no son consistentes ni pertinentes jurídicamente como se desprende del reciente auto del Tribunal Constitucional (Auto 80/2021). Prescinden, además, de las razones de la amnistía y de las circunstancias en que se acordó, olvidando principios esenciales del derecho como la seguridad jurídica o la equidad.

Ese empleo rigorista y parcial del derecho conduce a una idea de justicia deformada por el síndrome de Shylock —arquetipo humano shakespeariano común a todas las culturas, etnias y épocas— de reclamante inflexible de su derecho a cobrar una “libra de carne cerca del corazón” al que sólo renuncia cuando advierte —temiendo sus consecuencias— que su implacable derecho, no comprenderá, “estrictamente”, ni una gota de sangre.

Pero, sin hablar de sangre, derogar innecesariamente la amnistía de 1977 gustándose como impostados y supuestos debeladores de impunidad puede abocar, aunque no se sea consciente, a abrir trincheras que un día podrían llenarse de rencor y odio, preludio de males peores.

Tomás de la Quadra-Salcedo Fernández del Castillo


Fuente:

https://elpais.com/opinion/2022-01-15/constitucion-y-amnistia-a-fuer-de-memoria-y-no-contra-memoria.html

El Día Internacional de la Fraternidad Humana

El Día Internacional de la Fraternidad Humana

La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar el 4 de febrero Día Internacional de la Fraternidad Humana, que se celebrará todos los años a partir de 2021, para «promover la paz, la tolerancia, la inclusión, la comprensión y la solidaridad”.

Al celebrarse por primera vez este año, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, quiso recordar que “la diversidad cultural y la libertad de creencias forman parte del rico tapiz de nuestras civilizaciones”

Guterres felicitó a Emiratos Árabes Unidos y a Egipto por haber impulsado esta resolución inspirada en las iniciativas de los lideres de dos de las grandes religiones del mundo, el Papa y el Gran Imán de Al-Azhar, que en 2019, quisieron empezar a caminar juntos hacia un “modelo de armonía interconfesional y solidaridad humana”.

Hoy la fraternidad es la nueva frontera de la Humanidad, el desafío de nuestros tiempos

En su reunión de 2019, el Papa Francisco y el Gran Imán de al-Azhar, Ahmed el Tayeb, se llamaron entre sí hermanos para escándalo de quienes aún no entienden que el mirar hacia atrás y el integrismo es el camino del odio. Y juntos, ambos, pidieran al mundo que escuche la llamada a la fraternidad universal entre todos los seres humanos para construir juntos un futuro común.

El Gran Imán de al-Azhar, la máxima autoridad religiosa para el 90% de los musulmanes, explicó que la aplicación de la Fraternidad Humana requerirá «buena voluntad» y la «determinación en la creencia sólida y firme de que todos somos hermanos y es nuestro derecho el poder vivir en paz, reconociendo que las diferencias entre nosotros son la voluntad de Dios en su creación«.

Por eso, llamó a «predicar un mensaje de paz, llevarlo por el mundo a toda la Humanidad, llamar a la fraternidad, la cooperación y el fin de las guerras y promover la tolerancia, la armonía y el rechazo de la intolerancia, el odio, la política de poder y la arrogancia» en la esperanza de que, de ahora en adelante, cada cuatro de febrero «represente una campana, una alerta para que el mundo despierte, alerte a sus líderes y llame su atención sobre la necesidad de consolidar los principios de la Fraternidad Humana».

Y el Papa afirmó que «hoy la fraternidad es la nueva frontera de la humanidad; o somos hermanos, o nos destruimos mutuamente. Es el desafío de nuestro siglo, de nuestros tiempos. Fraternidad quiere decir mano tendida, fraternidad quiere decir respeto. Fraternidad quiere decir escuchar con el corazón abierto. Fraternidad quiere decir firmeza en las propias convicciones»

Debemos vernos los unos a los otros como «hermanos nacidos de un mismo Padre, con culturas, tradiciones diferentes, pero todos hermanos. Y respetando nuestras culturas y tradiciones diferentes, nuestras ciudadanías diferentes, hay que construir esta fraternidad. No negociándola. Es el momento de la escucha. Es el momento de la aceptación sincera. Es el momento de la certeza de que un mundo sin hermanos es un mundo de enemigos. Quiero subrayar esto. No podemos decir: o hermanos o no hermanos. Digámoslo bien: o hermanos, o enemigos».

Esperanza

El acuerdo en la ONU el 4 de febrero supone un rayo de esperanza, la primera piedra de un mundo mejor que pueda cobijar a todas las personas en armonía y paz.

Muchos ciudadanos cosmopolitas, ciudadanos de un planeta que debemos conservar y que es y debe ser de todos y para todos, contenemos la respiración ante el gran paso para la Humanidad dado el pasado 4 de febrero, cuando, por vez primera en su Historia, el mundo ha celebrado su primer el Día Internacional de la Fraternidad Humana, y expresamos nuestro firme deseo de que se produzca su consolidación y extensión por todo el globo en el futuro.

Trabajemos pués para hacer posible que en este siglo XXI todos aspiremos, al fin, a la plena Fraternidad Humana y a la mutua tolerancia de nuestras profundas diferencias.

Tengamos todos, como dijo el Imán, determinación en asumir la creencia sólida sólida y firme de que todos somos hermanos y que es nuestro derecho el poder vivir en paz, reconociendo que las diferencias entre nosotros son precisamente nuestro mejor vivero de enriquecimiento cultural y personal

https://www.un.org/es/observances/human-fraternity

http://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html

https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2019-02/papa-francisco-abu-dhabi-encuentro-interreligioso-declaracion.html

Mitra

En la imagen estatua del dios romano Mitra matando al toro, escultura del siglo II actualmente en poder del Museo Británico, en Londres.

Mitra era un dios solar de Persia, actual Irán. cuya culto se difundió inicialmente hacia la India. Mithra en el Avesta significa ‘contrato’ o ‘alianza’; y el origen de esta divinidad indo-irania podría ser un Tratado, Mithra en aquel lenguaje, suscrito entre los hititas y los mitanni hacia el 1400 a. C.

Consecuentemente se invocaba el amparo del Mithra – Tratado cuando alguna de las partes consideraba que se había producido una violación del pacto.

De este modo el Mithra – Tratado era referencia y depósito de lo que, los sujetos a él, debían considerar como mas cierto o mas correcto.

Mithra, poseedor de la verdad de lo pactado, es símbolo y depositario de Verdad, Paz y Bien, con lo que da sus primeros pasos hacia la divinización

Las ideas del culto a Mithra – Tratado, se asimilaron por los asentamientos judios de aquel ámbito y se difundieron a Oriente, hacia India; y mas tarde también a Occidente, al Imperio Romano.

Como es sabido hacia el año 62 a. C., los soldados romanos adoptaron este dios a su manera, le agregaron características no persas, en el Mithra de las legiones se difumina su original vinculo con los pactos y la verdad como pacto entre diferentes. Pero inspiró el Derecho Romano, “pacta sunt servanda”.

En la religión de Abraham los cultos mitraicos dejan claramente su impronta en su símbolo mas sagrado, el Arca de la Alianza

(Continuar la reflexión: religiónes – modos de conocimiento – pactos – etica -paradigmas – Ilustración – Método Científico)

La oración de Voltaire

La oración de Voltaire

Traduttore, traditore”

Un amigo me ha recordado la oración de Voltaire, siempre tan actual, de la que dejo aquí mi traducción libre:

La oración de Voltaire:

“No es a los hombres a los que me dirijo, es a ti, Dios de todos los seres, de todos los mundos y de todos los tiempos, si es que está permitido que insignificantes criaturas perdidas e imperceptibles en la inmensidad del universo pueden querer pensar en pedir algo al que ellos quieren creer que nos ha dado todo.

Dígnate mirar con piedad los errores inherentes a nuestra naturaleza; y haz que esos errores no sean causantes de nuestras calamidades.

Tú que nos has dado un corazón, haz que no sirva para que nos odiemos, que nos has dado unas manos, haz que no sirvan para que nos degollemos.

Haz que nos ayudemos mutuamente a soportar el fardo de una vida penosa y pasajera. Haz que las pequeñas diferencias entre los vestidos que cubren nuestros débiles cuerpos; o que las pequeñas diferencias entre nuestros modos de hablar, o entre todas nuestras costumbres ridículas, o entre todas nuestras leyes imperfectas, o entre todas nuestras opiniones y condiciones de vida; todas ellas tan grandes y diferentes a nuestros ojos pero en realidad tan semejantes ante ti; haz que todos esos pequeños matices que distinguen a estos pequeños seres llamados hombres no sean señales de odio y persecución.-

Que los que encienden cirios en pleno día para celebrarte soporten a los que solo se contentan con la luz de tu sol.  Que aquellos que cubren su traje con una tela blanca para decir que hay que amarte no detesten a los que dicen la misma cosa bajo una capa de lana negra.

Que aquellos cuyas vestiduras están teñidas de rojo o violeta, y que mandan en una pequeña parcela de un pequeño montón de barro de este mundo, y aquellos que poseen algunos fragmentos redondeados de cierto metal, usen sin orgullo eso que ellos quieren llamar su grandeza y riqueza y que los demás los miren sin envidia: porque Tú sabes que no hay en estas vanidades ni nada que envidiar ni nada de que enorgullecerse.

¡Ojalá todos los hombres se acuerden de que son hermanos!

¡Que odien la tiranía ejercida sobre sus almas como odian el latrocinio que arrebata a la fuerza el fruto del trabajo y el comercio pacífico!

Que aunque a veces los azotes de la guerra sean inevitables, que no nos odiemos, ni nos destrocemos unos a otros en el seno de la paz y que empleemos el breve instante de nuestra existencia en bendecir por igual, en nuestras mil lenguas diversas, desde Siam a California, tu bondad que nos ha concedido este instante.”

El Progreso

Leyendo hoy el artículo de  Javier Sampedro «Cómo calcular el progreso?» que resumo abajo, vuelvo a reflexionar sobre la historia biblica de Moisés y el Becerro de Oro, arquetipo de la dialectica entre los grandes Objetos de Fé de la Humanidad; los Dioses, el Dinero y la Felicidad, a los que ahora pienso que se debe añadir el Respeto al Universo entero, otra antigua idea de las religiones orientales.

«Cómo calcular el progreso?»

Hasta hoy, según se estableció por el Sistema de Contabilidades Nacionales,  organismo de Naciones Unidas; se mide por el crecimiento del PIB.

El PIB es una estimación del valor monetario de los bienes y servicios que genera un becerro-oro-19país. El PIB es un promedio con el mismo sesgo que arruina todos los promedios: si yo me como un pollo y tú ninguno, nos hemos comido medio pollo cada uno.

El mantra del ultracapitalismo en el que llevamos nadando desde tiempos de Reagan y Thatcher, “Lo que es bueno para las grandes corporaciones es bueno para la sociedad” está ya más acabado y sucio que el palo de un gallinero.

Lleva así 40 años agigantando la desigualdad social hasta unos extremos intolerables, guiando a las políticas públicas por senderos incontrolables y erosionando el poder democrático de los Gobiernos, que rara vez pueden competir con el lado oscuro de la fuerza multinacional.  Si eso es el progreso, mejor póngame el retroceso. Y ahí estamos muchos.

Sir Partha Dasgupta, un profesor emérito de la Universidad de Cambridge, ha publicado un análisis independiente sobre la economía de la biodiversidad donde recuerda a los gobernantes y a los Parlamentos que la vida humana es enteramente dependiente de su “capital natural” y de los servicios ecosistémicos que la nutren.

Se refiere a los de los sistemas naturales de los que dependen las poblaciones humanas, desde la agricultura hasta los bosques, de los pastos a los ríos y océanos.  Sin eso no hay aire limpio, ni polinización de los cultivos, ni mitigación del cambio climático ni bienestar de las personas ante una pandemia.

Si ese capital natural sigue dilapidándose, la calidad de vida seguirá degradándose en todo el planeta, aunque continuemos empeñados en un rapaz ascenso del PIB.

Por lo tanto, el PIB no nos sirve como una medida del progreso. Es un indicador trasnochado y miope, porque olvida los costes de la desigualdad y la destrucción del medio, que son cada vez más enormes. Este problema, que ya era grave, se ha exacerbado con la crisis pandémica y la segura recesión económica que vendrá detrás.

“Los jefes de Gobierno, los ministros de Economía y las agencias de crédito como el Banco Mundial y el FMI”, dicen los editorialistas de Nature, “están proporcionando billones de dólares en estímulos para mantener en funcionamiento la economía”.

Pero la urgencia en restaurar la normalidad o posnormalidad económica, con las mismas politicas orientadas al crecimiento del capital, PIB; no solo resulta un riesgo para la salud pública, sino también para la sostenibilidad ambiental que es su unico sustento. se debe evitar el actual sesgo por el PIB, el indicador que ya no indica nada, sino aceleración al desastre ecológico

El Sistema de Contabilidades Nacionales,  organismo de Naciones Unidas, se reúne pronto.

Apoyemos que en su próxima reunión, sea o no telemática, ejerza su capacidad de corregir la forma en que calculamos el progreso.

Ojalá lo haga, y se dejen de apoyar politicas orientadas al servicio del “Becerro de Oro” y se orienten al progreso de la humanidad y el sostenimiento del medio ambiente

https://elpais.com/opinion/2020-05-13/como-calcular-el-progreso.html?event_log=oklogin&o=cerrado&prod=REGCRART?event_log=oklogin&o=cerrado&prod=REGCRART

Volviendo al pasado

Empieza el discurso de las ilegalizaciones. PP y C´s al ritmo que les marca Vox andando en el camino de retorno al pasado.

Lo primero es convencernos de la necesidad de ilegalizar partidos que defienden ideas distintas a las propias. Asentado esto, vendrá la de ilegalizar las ideas que puedan defender las personas.

Creo que ese camino es el camino de vuelta a la dictadura.

Parafraseando a Saramago: » Los fascistas del futuro no van a ser el estereotipo de Hitler o Mussolini. No van a tener, al principio, aquel gesto de militar duro. Van a ser hombres hablando de aquello que la mayoría quiere oír: Lo que es bueno y lo que no lo es, familia, buenas costumbres, religión y ética.  Así surgirá el viejo demonio de la intolerancia, y pocos van a percibir que la historia se está repitiendo»

La Constitución Española de 1978 que mediante el dialogo, el pacto y el consenso dio nacimiento a una democracia liberal, pactista, tolerante y no militante, se pretende santificar para imposibilitar la España de las nacionalidades y mas adelante para la exclusión de todo el que no responda a las pautas éticas, por encima de la ley, que el poder quiera considerar oportunas.

https://www.lavanguardia.com/local/madrid/20191107/471445599517/asamblea-madrid-pide-ilegalizar-partidos-independentistas.html?utm_term=botones_sociales&utm_source=whatsapp&utm_medium=social