Sobre la búsqueda de la Verdad

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, 

mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, 

fieramente existiendo, ciegamente afirmando, 

como un pulso que golpea las tinieblas,

G. Celaya

La idea más común del significado de la palabra “Verdad” es “Conformidad de un relato con lo que se encuentra en realidad”. Por otro lado si alguien dice que busca la Verdad, se supone que no busca una verdad poco relevante, tal como p. e. una verdad periodística, o aritmética, sino a una verdad relevante para su vida, para dar sentido a su vida, a sus preguntas vitales, que suelen ser siempre, mas o menos:

¿Porqué venimos al mundo para una visita fugaz e ignorando el sentido de nuestras vidas, que sentido dar al sufrimiento y a toda la vida en la Tierra?

¿Porqué la fascinación que sentimos ante lo maravilloso, ante la grandiosidad que el Universo despliega ante nosotros, y ese sobrecogimiento de sentir tal inmensidad como algo absolutamente ajeno, que ignoramos totalmente?

Estas preguntas nos llevan al encuentro con los relatos religiosos de todos los tiempos; relatos religiosos siempre construidos con lo mejor del conjunto de conocimientos de cada cultura. Y todo lo mas significativo de las culturas humanas surge del deseo de remediar la fragilidad humana y la búsqueda de respuestas a los misterios. Desde esta óptica el bosquejo de la evolución histórica de estos relatos sería:

Culturas de los cazadores recolectores

En éstas, los elementos técnicos eran los necesarios para la caza, y los lingüísticos, artísticos y científicos si los había, estaban en un nivel incipiente concordante con su mínimo nivel de comprensión de las causas de los fenómenos naturales. Sobre esta elemental cultura, el relato religioso explicativo imaginaba los fenómenos como causados por entes más o menos análogos a las propias personas. Ese fue el primer modo de conocimiento, simbolización y explicación; las culturas animistas.

Civilizaciones agrícolas

En éstas ya hay un cambio grande en la capacidad de los lenguajes, en las técnicas y las artes, destacándose los lenguajes orientados al cómputo, como la geometría y las matemáticas, así como en el conocimiento de los fenómenos naturales, en especial la astronomía. En esta cultura surgen las grandes urbes por lo que toman gran relevancia las relaciones y los sentimientos sociales.

Como fruto de este salto cultural surgen nuevos relatos en el plano espiritual mas complejos que los animistas, cuyos contenidos morales y sociales se adaptan a la nueva cultura a la que tratan de dar sentido. Van desapareciendo los relatos basados en multitud de pequeños dioses, y surgen los basados en un“Dios Unico Providencial”, que conserva características antropomórficas.

Los “templos” no son construcciones exclusivamente religiosas, allí se integran todos los modos de conocimiento, son sede de de las clases dirigentes, de los archivos y las bibliotecas, y desde allí se promueven grandes construcciones de utilidad astronómica como las que aun perduran en India, Inglaterra, Africa y America del Sur. Aquellas culturas incluyen de modo integral y sin contraposiciones todos los modos de conocimiento en un todo armónico.

Civilizaciones industriales

Surgen impulsadas por descubrimientos tales como el vapor y el telescopio, los descubrimientos geográficos y los nuevos imperios coloniales, y también por la evolución de los lenguaje que amplían su potencial descriptivo, en especial el lenguaje matemático. La filosofía se despega y aleja mucho de las concepciones medievales; las ciudades sufren una gran transformación con la implantación de industrias donde trabajan juntos multitud de individuos, y las consecuentes migraciones del campo a la ciudad. Todo ello genera unas relaciones sociales y sentimientos absolutamente diferente de las sociedades agrícolas. A lo que se suma el importante papel de la imprenta que impulsa un enorme salto en la difusión y popularización de la cultura

Como fruto de este gran cambio cultural surgen individuos visionarios que tratan de proyectar en el plano espiritual nuevos relatos. Y el relato teísta, que permanece anquilosado por el dogmatismo impuesto por la propia jerarquía, va siendo percibido como poco útil para dar sentido a la nueva cultura. Un nuevo relato en el plano espiritual empieza a desalojar el relato teísta, es la Religiosidad Cósmica y la Filosofía Humanista, ambos mutuamente imbricados desde su nacimiento.

La Religiosidad Cósmica y la Filosofía Humanista

La Religiosidad Cósmica ya existía en las primeras etapas del desarrollo humano, como en algunos salmos de David y en algunos profetas, o en el Budismo, que es donde mas claramente se manifiesta. Genios tales como Demócrito, Averroes, Francisco de Asís, Erasmo, Spinoza o Newton; cuyos pensamientos están muy cerca unos de otros y lejos de los dioses antropomórficos y justicieros, son algunos exponentes de la Religiosidad Cósmica y también precursores de la Filosofía Humanista.

Estos y tantos otros genios de todos los tiempos son admirables precisamente por esa religiosidad cósmica, que no exige ni dogmas ni imaginar Dios antropomorfo ninguno, y en ellos se nota con mas énfasis la preocupación por la búsqueda de respuestas el misterio integral de todo el Cosmos.

De todos los genios admirables de la religiosidad cósmica no son pocos los conocidos por destacar en Filosofía Natural, o Ciencia de la Naturaleza, aunque todos extendían sus conocimientos integral y armónicamente a todos los modos de conocimiento, y fueron precursores o inspiradores de la Filosofía Humanista.

Solo su fe profunda, su voluntad de creer, en que es posible dar sentido y explicación a los misterios, puede explicar la fuerza que, tras un largo trabajo solitario de años, animó a científicos como Kepler o Newton para que fueran capaces de imaginar y explicar nuevos mecanismos de los cielos.

Como no había ninguna iglesia basada en esta religiosidad, que era percibida como un desafío por los jerarcas de las religiones teístas establecidas, desgraciadamente tenemos que contar a estos genios entre los herejes de todos los tiempos.

Así la civilización industrial es el escenario donde se produce la pugna entre relatos religiosos, que hasta entonces habían convivido en armonía con los demás modos de la cultura. Es la época de las guerras de fe y es cuando los relatos religiosos dogmáticos tratan de imponerse sobre el resto del acervo cultural humano.

Ya por entonces, el filosofo andalusí Averroes, maestro en filosofía, ley islámica, matemáticas, astronomía y medicina, en su obra “La destrucción de la destrucción” ; defiende que la religión y la filosofía (y la ciencia) no son antagónicos sino las facetas instrumentales que el ingenio humano despliega para dar respuesta a los misterios. Que toda la cultura debía ser armónicamente integral, y que era importante evitar los enfrentamientos entre su distintos modos de conocimiento, que la Ciencia no era antagonista de la Religión, sino caras distintas de la misma fe de la Humanidad en si misma.

Junto a ese dogmatismo religioso teísta, faccionador y esterilizador de la cultura y causa de guerras de fe, vive ya el nuevo relato de la religiosidad cósmica y la filosofía humanista, donde continúa floreciendo el conocimiento precisamente porque se conserva la tolerancia de la antigua actitud integradora de todos los modos de cultura, donde todos ellos conviven en mutuo respeto como hijos que son de una misma búsqueda de respuestas a los misterios que interpelan a la Humanidad.

Las Sociedades Posindustriales

Actualmente ya estamos entrando en las sociedades posindustriales, una nueva época histórica, un salto cultural que será mayor que todos los anteriores juntos, cambios tales como la interconectividad global y total, robots, nuevos lenguajes más amplios y versátiles, poderosos sistemas de IA que todavía están en ciernes, o los bioimplantes; prefiguran la nueva sociedad que se está dando en llamar Transhumanista.

Los robots reducirán al mínimo aquel tipo de trabajo realizado en grupos numerosos de personas característico de la época industrial, lo que unido a la interconectividad global hará replantear las grandes urbes que surgieron en las culturas agrícola e industrial. Al volver las tareas a ser realizadas individualmente o en pequeños grupos, otra vez volverán a cambiar los sentimientos y las relaciones sociales.

La confluencia de psiquiatría y bioimplantes cerebrales con acceso directo a las redes de comunicación producirán un nuevo tipo de individuos en ese nuevo contexto de relaciones sociales donde los lenguajes orales y escritos quedarán obsoletos. Consecuentemente la legislación laboral y social, así como la propia función social del dinero tendrán que ser revisadas.-

Actualmente ignoramos que nuevo relato dará sentido a la futura cultura postindustrial.

Buscando el relato de las sociedades posindustriales

Hemos visto que la fe, que es la voluntad de querer creer en que la búsqueda de la verdad tiene sentido, es lo que hace posible que colaboremos en construir un relato que dé sentido a la vida y el Universo, que eso es lo que nos hace seres sociales; que no nos resignemos a pensar que la propia vida y la de nuestros semejantes carece de sentido.

Y también que cada cultura construye el mejor relato que le es posible para racionalizar sus misterios, y que en estos relatos, los dioses, situados mas allá del horizonte de la verdad buscada, son la representación simbólica de la voluntad humana de dar sentido al universo.

En esta tesitura, y en relación con la construcción de un relato para la sociedad posindustrial será importante preservar la actual tolerancia y apertura mental en relación con la integralidad, armonía y no confrontación entre todos los modos de pensamiento humanos, tal como se asume en la Religiosidad Cósmica y la Filosofía Humanista.

Solo con una perspectiva tolerante, global e integradora podremos estar en disposición de considerar y explorar todas las visiones alternativas posibles que nos permitan anticipar nuevas ideas. Y que la cultura humanista pueda seguir revitalizándose y evitar el riesgo de quedar anquilosada en perspectivas, dogmas o verdades añejas, como pasó con el relato de las religiones teístas durante la civilización industrial. Máxime cuando en esta línea también parece que trabajan hoy el Papa Francisco y el Dalai Lama queriendo ambos corregir viejas doctrinas y hacer converger sus respectivos sistemas de creencias con la Religiosidad Cósmica y la Filosofía Humanista.

La Igualdad y Prado

Me lo estoy pasando bien y aprendo mucho con las aportaciones de los poblaores a la página de Facebook «El habla pradense».   (https://www.facebook.com/groups/489197058310507/?ref=bookmarks )   ¡ Enhorabuena a los que se le ocurrió la idea y la pusieron en práctica!

Hay algo tipicamente «del pueblo» en la espontaneidad y el desparpajo con que todos hacen sus aportaciones.

Creo que ahí subyace una de las caracteristicas de los poblaores, su creencia en la Igualdad.

Ya sabemos que, por suerte o desgracia, no todos somos iguales; pero ese «querer creer» y el mantenernos en la creencia de que en el pueblo todos somos iguales es una de nuestros mejores rasgos.

Ya en otro comentario inspirado en esta página,  Levántate Pedro ,  comenté la vieja herencia que nos dejaron los Ilustrados fundadores de Prado, y que todos conservamos, que es ese saber compartir en igualdad y aprender todos de todos.

Herencia de aquella semilla de Libertad, Igualdad y Fraternidad, y de amor al Conocimiento y al Progreso de la Humanidad que nos dejaron sembrada aquellos funcionarios civiles y militares, todos ellos Ilustrados, que convivieron con lo primeros poblaores en los años fundacionales de Prado del Rey.

Condio!

Escampavía

Escampavía era una palabra muy singular para mi, que me ha vuelto a recordar Angel Rodríguez Cruz al mencionarla en la página de FaceBook «El habla Pradense».

Según el Diccionario RAE: Escampavía:  De escampar ‘despejar’ y vía.

1. f. Barco pequeño y velero que acompaña a una embarcación más grande, sirviéndole de explorador.

2. f. Barco muy ligero y de poco calado, que emplea el resguardo marítimo para perseguir el contrabando.

Pero el signifiado que se le da en las sierras de Cadiz y Huelva, concretamente en Prado del Rey (Cadiz) y en la comarca del Andévalo (Huelva), es distinto, abajo copio los comentarios de varios amigos:

“Voy a coger una escampavía” por me voy a quitar de en medio y os quedáis aquí con las quejas, los problemas, o lo que sea. Manolo Benitez

Mi madre aún me suele decir esa frase cuando estoy en mi pueblo, cojo las llaves (del coche) y doy esquinazo al resto de la familia. «¿Ya te vas a dar una escampavía?». Antonia Torres.

Sin embargo en Cadiz capital esta palabra parece desconocida: «En Cádiz nunca escuché esa palabra». Tartesso López.

Sobre la vigencia de la palabra la opinón general es la que expresa Antonia: «…que no deja de ser una palabra curiosa, cuyo uso es cada vez más reducido y localizado».

En mi propia experiencia el significado en los ámbitos citados es el de:

«Escampavía: Quitarse de enmedio de modo súbito para huir de la situacion conflictiva en que uno se encuentra en un momento dado»

oOo

Despues de esta introducción mi idea es que el significado que en ambas sierras damos a la palabra no es marinero sino que es más reciente y que lo trajeron los soldados italianos que mandó Mussolini para ayudar a la sublevación fascista.

Scappa Via! -> que significa huye!

Decían los soldados italianos a los prisioneros republicanos a los que la «auroridad militar» había ordenado fusilar. Pero no lo decían por misericordia sino para justificarse, conscientes  del asesinato que se les había ordenado cometer.

Si bien algunos lograron escapar al fusilamiento, la mayoría eran asesinados por la espalda bajo el falso amparo de la ley de fugas.

Que triste origen para esta palabra!